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El Paisaje Cultural de las Médulas
Pico Gallegos Médulas

El Paisaje Cultural de Las Médulas destaca por su espectacularidad, como testimonio de la minería romana, y por ser el ejemplo del cambio que sufrieron las comunidades locales tras la conquista romana, que afectó tanto a su organización social, como a la intensidad de la explotación de los recursos. Las Médulas no son solo sus famosos picuezos, son más de 1.000 hectáreas profundamente transformadas, donde hay llanuras artificiales — formadas con los estériles de la mina—, el lago de Carucedo — formado por el bloqueo de un arroyo por la acumulación de estériles—, o las decenas de depósitos de agua y los kilómetros de canales. Aunque la extracción del oro solo se realizó en los siglos I y II de nuestra era, este paisaje ha seguido cambiando a lo largo de estos dos milenios, hasta la actualidad, sumando valores culturales y ambientales.

¿Quiénes trabajaron en Las Médulas?

Las Médulas son el resultado de cerca de doscientos años de trabajo realizado por las comunidades indígenas que habitaron la zona. Estas comunidades, que los escritores romanos conocen como astures, desempeñaron diferentes tareas: la obtención de recursos para el trabajo minero (madera o hierro), la fabricación de herramientas, la construcción y mantenimiento de la red hidráulica, la excavación de zanjas, pozos y galerías o las operaciones de lavado de mineral y evacuación de estériles. Los astures realizaron estas labores como trabajo tributario, esto es, como parte de los impuestos que pagaban a Roma. Eran libres, pero, tras la conquista, estaban sometidos al control de Roma y por ello obligados a responder a las exigencias del Imperio.

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© Fernando Dagnino

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